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lunes, 24 de agosto de 2009

No tiene que ver con el Amor

No tiene que ver con el Amor. No tiene que ver con el Amor todo aquello que por ti entregué, por ti pasé, por ti me esforcé y a fin de cuentas, con nada me quedé.

No tiene que ver con el Amor la cantidad de lágrimas de impotencia que derramé un día, mientras que la sequía de mi cuarto desataba ésta agonía que se hacía vivir sin lo que un día tenía.



No tiene que ver con el Amor aquellos granos traviesos de arena que cayeron lentamente dentro de ese cristal, que asemeja que el tiempo no puede ser fatal. Ésos mismos granos de arena que decidieron lanzarse a la muerte, por el deseo de verte y jamás tenerte.

No tiene que ver con el Amor las preguntas sin respuestas formuladas en mi cabeza una y otra vez. Al derecho y al revés. No tiene que ver con sabiduría que de tu Destino seas el Artífice, o si es que del Reino eres el Pontífice. No tiene que ver con Paciencia si tu mirada en el tiempo estuvo detenida, o si es que un huracán retrasó tu venida. Quizás... Sólo adelantó tu partida.

No tiene que ver con el Amor las horas sentada de piernas cruzadas que en el piso te estuve esperando. No tiene que ver, pues no lo estás considerando. No tienen que ver los sentimientos que te escribí con mil flores. Tantas rosas, tantos Colores. No tiene que ver con el Amor todas las cartas y todas las poesías que escribí para ti; no tienen que ver pues jamás te las dí.

No tiene que ver con el Amor aquello que no logra mandar sobre el corazón. Aquello que no vive en contra de lo que dicta la razón. No tiene que ver con la Veracidad de las Palabras aquello que noche tras noche al oído me decías. Indudablemente, siempre te creía.

No tiene que ver con el Amor aquello que la luna muestra a simple luz. Aquellas estrellas que logro observar a través del tragaluz. No tiene que ver con biología las palabras que al Morir Jesús decía: "Dios mío, Perdónalos. No saben lo que hacen". Pues mientras unos mueren, otros nacen.

No tiene que ver con el Amor las distancias o la separación. No tienen que ver los kilómetros de desolación. No tiene que ver con la Geometría la algarabía de tu respiración pausada, entre caliente y fría, entre tranquila y agitada. No tiene que ver con gentileza, aquella caricia que te dí con tanta sutileza. Tiene que ver con el sentimiento que por dentro me quemaba. La vida sin quererlo se me incendiaba.

Tiene que ver con el Amor mis ojos de fuego ardiente incinerándose por ti. La vida entera dentro de una piedra de rubí. Tiene que ver con el Amor la avalancha de nieve hirviente que por mi piel resbalaba. Mientras tu agridulce cianuro por mis poros entraba y lentamente me asesinaba.

Tiene que ver con el Amor aquel óleo de tu sonrisa dibujado en las nubes. Aquellas escaleras hacia el cielo que construí para ti y que sin prisa subes. Tiene que ver con el Amor ese sentimiento maniaco e irreverente que en mi pecho late. Besos sabor vainilla, sabor chocolate.

Tiene que ver con el Amor aquel suspiro paralizado entre los labios de tu querer. A 1 segundo de ti, entre la mañana y el anochecer. Tu mirada que se clava como aguja y alfiler. Tiene que ver con el amor ese torbellino de sentimientos. Aquel blanco, rosa, azul en mis pensamientos.

Tiene que ver con el Amor el dolor y la aflicción; Pues juntos caminan los dos, sonriendo sin compasión. Tiene que ver con el Amor éstas líneas que no sabía que escribiría, tienen que ver pues sé que jamás te las diría.


Pero no tiene que ver con el Amor aquel abrazo que un día negaré. Aquel Te Amo que quizás yo callaré. Tiene que ver con el Amor que por siempre lo he de sentir. Tiene que ver, pues éste Amor no llegará a su fin.






viernes, 14 de agosto de 2009

Buscando un Satelite

(Antes de empezar a leer, deja reproduciendo el video en la parte final.)
Estoy buscando un satélite donde colgar las miradas complejas y los besos enredados en la infinitud de aquella caricia que jamás te dí.


Estoy buscando un astro donde enganchar esas palabras calladas y esos silencios hablados en alta voz que jamás llegaron a oírse.

Estoy buscando un lucero donde suspender el aliento de tu cariño y el olor de los poros de tu cuerpo que jamás llegué a inhalar.

Estoy buscando un satélite.

Prendo la búsqueda desenfrenada de la melodía de tu misterio, aquellas sonrisas que encubrían el secreto de tu voz. Esas lágrimas que algunas vez empaparon tu reserva.

Perdida en el espacio, navego despacio huyendo de mi. Busco una estrella que guíe las noches sin luna llena, y una rosa que recite mi vida en prosa. Sigo la huella de aquella botella que en el mar hallé, y un mensaje oculto encontré.

Estoy buscando tu aroma sutíl, suave como terciopelo. Sin dudarlo, mordí tu anzuelo. Estoy buscando un antídoto para tu veneno, veneno que es tu amor total y pleno. Para mi consuelo, me he levantado del suelo y ahora vuelo. Vuelo por los cielos. Paso uno, dos, tres, hasta que llego al noveno.

Con pocas palabras hoy narraré, todo aquello que siempre busqué. Espero poder encontrar ese satélite, oculto detrás de alguna élite.

Estoy buscando tu mirada entre la de cualquier caminante, sin embargo, mientras más busco ninguna es semejante.

Estoy buscando tu sonrisa viajera por la galaxia en cualquier dirección, escondida entre Casiopea y Escorpión, tus labios de fuego como dragón.

Estoy buscando un satélite de viento, tierra, agua y fuego, ó tal vez un océano de lava ardiente que sin prisa lo navego.

Siento la inmensidad del manto estelar cayendo minusionamente en mi colchón. Siento lo Utópico del destino que me clava sin previo aviso su doloroso aguijón. Siento la brisa congelada de la madrugada helando mi ser. No me preocupo, pues pronto va a amanecer.

Estoy Buscando un Satélite.




Inicio la persecución a todas las estrellas del espacio sideral. Armo una nave espacial con el cartón de una caja de cereal. Espero poder encontrar el satélite que tanto he querido encontrar, para así poder colgar, tal vez enganchar los sueños que jamás llegaré a contar.





domingo, 2 de agosto de 2009

Cuando se Trata

(Antes de Empezar a leer, por favor, deja reproduciendo el video en la parte final).

Los granos de arena se cuelan entre las sabanas blancas de mi existencia donde descansa mi vida y tu vida, mi amor y tu amor.

Las olas del mar rompen contra el silencio interminable entre dos corazones que dejan de latir, dejan de sentir, dejan de vivir.

El sol se esconde detrás de la sonrisa marcada en tu rostro y el mío. Esa sonrisa infinita color Cielo, color Paz, color Alegría. Esa misma sonrisa que me lleva a las nubes y me hacen sentir que sigo viva, aunque ya no lo esté.

La luna apostó a ganar, y perdió contra la luz que irradia tu mirada. Las estrellas se opacaron cuando tus ojos se cerraron. Ya no había luz a mi alrededor.

Abro los ojos y siento que mi corazón sigue latiendo. El tuyo sigue la melodía de los grillos al anochecer. -¿Será ésto el Paraíso?- Pregunta que se repite como disco de vinilo una y otra vez entre los recónditos espacios de mi memoria, mientras que las luces de neón de la ciudad a lo lejos, del otro lado de la isla, me indican que por fin tendré éste segundo de Paz.

Aire puro con fragancia a Coco. Esa esencia que brotan tus poros, y que puedo percibir a metros de distancia, cuando estoy recostada en la ventana comparando tu tranquilidad con el sosiego del mar a las 9 p.m.

Qué rápido se va el día cuando de mirarte se trata.

Le pregunto a las Olas si es posible vivir aquí para siempre, y con un quebrar contra el muelle me responden que mi vida siempre estuvo aquí, "-Gracias por Venir a Buscarte-" Me gritan aquellos granos inquietos de arena que se infiltran por el piso de madera de ésta cabaña al orilla de la playa.

La luna comienza a perder terreno, y el Sol ha ganado otra vez el partido de hoy. Mientras que yo sigo aquí en la ventana observando, detallando, contemplando y estudiando cada centímetro de mi mano junto a la tuya. ¡Qué hermosa realidad!

Respiro profundo y entre el olor a agua salada, arena y coco, se escabulle ese olor a pergamino que me envuelve los sentidos. Tomo el viejo libro con algunas páginas rasgadas que reposa sobre buró. Soplo el poco polvo que hay en su portada y decido leer su página a la mitad. "-Mi Alma, sin embargo, estaba tranquila y mi corazón estaba en Paz. Le apreté la mano y el me Abrazó-".

Vuelvo la mirada hacia la ventana y las gaviotas allá afuera me dicen que comienza un nuevo día. Me levanto de el buró junto al ventanal y me dirijo hasta donde tu cuerpo reposa en silencio, solo puedo escuchar el ruido de tu respiración. Me recuesto y coloco mi cabeza en tu pecho y te abrazo a mi como cual niño pequeño con su juguete favorito.

Qué rápido se va la noche cuando de mirarte se trata.

Comienzas a despertarte, y con un suave beso en la mejilla te deseo los Buenos Días. Entrecruzo los dedos de tus manos con los mios, y me abrazas. Me ves y sonríes y pareciera que el universo conspirara para que todo fuese tan perfecto, mientras que los planetas se alinean y tu con un susurro me devuelves la vida.

Con tu abrazo siento que el cielo y el mar se han unido, ahora son solo uno. Como tu y como yo. Somos uno.

Te levantas y caminas a la ventana, abres las cortinas que dejé entreabiertas para que la brisa de la playa nos arropara en la madrugada. El sol se clava en tus pupilas y volteas hacia la cama. Allí estoy yo. Estiras tu mano y me indicas que camine hacia ti, y en fracciones de segundos estoy allí.

Qué sutiles son los acordes del oleaje cuando de abrazarte se trata.



Podría quedarme para siempre detenida es éste paraíso que son tus brazos, tus manos, tus labios, tus ojos. El Infinito dentro de ti.