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domingo, 29 de agosto de 2010

Declaratoria

(deja correr el vídeo al Final del Post antes de comenzar a Leer)

«Algunas cosas simplemente son como son.»



Este post no es un escrito común. Es un archivo declaratorio y liberatorio. Que comienza así:

Recuesto mi cabeza a la almohada y dejo que mi mente dibuje tu retrato en la pizarra color porcelana al que llamo "el techo de mi habitación". Con tu retrato en él y tu sonrisa incansable sonriéndome, logro certificar que la existencia de tu mirada en mi vida es una irónica y satírica pregunta a la cual no puedo encontrarle respuesta.

He tratado de seguir tu camino, tus pasos, tus huellas; mas sin embargo, a cada paso que das, difuminas los rastros y se me hace complicado y complejo descifrar hacia dónde caminas. ¿Cual será tu destino? ¿Cuál será mi Paradero? ¿Hacia dónde te diriges? ¿Hacia dónde me dirijo?

«Algunas cosas simplemente son como son.»

Un sueño simplemente es un anhelo. Un anhelo simplemente es un deseo. Un deseo simplemente es una Carencia. Entonces, Tu simplemente eres ese Sueño.

Podría jurarme a mi misma que dentro de éste trance al que me ha llevado la hipnosis de tu mirada, puedo ver tu mano escribiendo las preguntas en las murallas que encuadran mi realidad, en la pizarra color porcelana. Cada vez son más y más preguntas. Cada vez tengo menos y menos respuestas. Lo difuminado de tus huellas y tus palabras no me dejan hacer paráfrasis de aquello que dices.

He tratado de romper las barreras que se encuentran entre tu y yo, he tratado de derrumbar las paredes que a diario armas, a diario construyes. No existen palabras precisas para explicar aquello por lo que me he esforzado para conseguir. No puedo conseguir las respuestas a todas aquellas preguntas que llevas dentro, esas mismas preguntas que colocan cada ladrillo para creer que separas tu vida de la mía, mientras que tu mirada me grita que no es lo que deseas hacer.

¿Si no es lo que deseas, Por qué lo haces?

Ladrillo a ladrillo vas desarmando mi alma, mi corazón y mi razón, mientras que hablas de un pasado retórico conjugante y actual; un presente sin bases ni sustentos, sin una explicación para saber que hacemos aquí. Un presente atado a un futuro que no ha llegado y sin saber cuando llegará.

«Algunas cosas simplemente son como son.»

He escrito preguntas en tu techo, en tu mirada, en tu corazón, pero jamás le has dado contestación. He dibujado corazones en tus razones. He clavado mi alma en tu mirada, sin conseguir nada. He camino en dirección contraria y he volteado a ver si me sigues, solo consigo que te detengas y me mires, sin decir una palabra ni una oración. Simplemente callas sin ninguna contemplación.

Tu silencio redacta un nuevo libro, una nueva historia donde los personajes somos dos: Tu y yo.

«Algunas cosas simplemente son como son.»

Esta noche, al posar de nuevo mi cabeza en la almohada, no dejaré de soñar, no dejaré de anhelar, no vas a faltar. Seguirás siendo el sueño que cubre cada noche con tu sutil sonrisa, tu tenue mirada clavada en mis pupilas, y tu voz susurrante a mi oído "aguarda un poco más".



Esta noche serás tu el sendero correcto por el cual debo caminar.
No me he de rendir. Mi historia volverá a aparecer con tu nombre junto al mío,
y Volveremos a ser las personas que queremos ser.
Esta noche es lo único que necesito para volver a vivir... Sólo esta noche.

domingo, 1 de agosto de 2010

Mesa para dos

Son las 08:00 p.m. y el color infinito se ha adueñado de cada rincón inadvertido del cielo, mi cielo, tu cielo.



La brisa roza mis mejillas quemándolas de frío, de calor, de nada tal vez. Una mesa a mitad del salón sin techo, con una vela en el medio y dos sillas acompañantes. Una par de copas, un par de platos, una botella. Sin embargo, una sola persona.

--¿Para qué he traído mesa para dos cuando no estas aquí?--. Pregunta que he repetido mil veces dentro de mi cabeza mientras que pongo los pies en el suelo --O en el tejado-- Y prosigo a caminar hacia la baranda que divide la vida y la muerte en esta azotea del edificio mas alto de la ciudad.

Poso mis antebrazos en el pasamanos y decido observar la vida cotidiana mientras comienzo incinerar las esperanzas de que solo un artificio te haga aparecer.

Solo consigo música ruidosa e inentendible, gritos, cornetas, luces, transeuntes diminutos desde aquí, y un millón de deseos distorsionados por el sonido a núcleo urbano.

Las luces de neón se difuminan entre la altura, y los caminantes nocturnos, aquellos que han decidido encontrar sus sueños perdidos dentro de gabinetes en una oficina, dentro de un basurero sucio y mal oliente, o de pie en una esquina tras la espera que el azar las lleve hasta un motel donde el placer y el dolor llevan el mismo nombre, se ven aún mas distantes, difuminadas y desvanecidas entre los automóviles de aquellos que manejan sin rumbo hasta encontrar un lugar para dormir.

Entre todos aquellos caminantes que no logro indentificar a metros de separación, roba mi atención uno en especifico. Camina de un lado a otro como en espera de algo que no sucede, de algo que no llega, de algo que no encuentra, y que busca desenfrenadamente. Coloca sus manos en la cabeza, en su frente, en su espalda. Mas no consigue sentirse en tranquilidad. Espero que pueda encontrar aquello que necesita, espero que pueda encontrar lo que yo necesito; una fórmula para entrar a tu corazón cerrado y clausurado por fantasmas de un pasado remoto.

Subo la mirada del infierno al cielo y observo nubes de todos los colores ocultando la infinitud de firmamento, creando un velo de tristeza sobre la ciudad hundida en los delirios nocturnos como cualquier capital.

--¿El cielo llora o son mis ojos?--.

Dos gotas de lluvia se escurren por mis mejillas, aunque el cielo está seco y sin intención de desprender gota de agua alguna.

--Definitvamente no es el cielo quién llora--. Callo y pienso.

Veo como aquellas dos lágrimas caen del vértice de mi rostro y deciden suicidarse lanzándose hacia el abismo, hacia la guerra, la tierra.

De nuevo alzo mis pupilas al cielo y los cúmulos han dejado colar Una Estrella y La Luna. Una muy cercana a la otra. Hasta juraría que se hacen compañía.

Detengo mi atención entre estas dos magnificencias del universo y pido un deseo. Corto. Breve. Exacto. Efímero quizá. "--Quisiera ser Luna, para tener a una estrella brillante de compañía. Quisiera ser Estrella, para acompañarte a ti cada noche de mi vida---"

En un instante las nubes habían ocultado de nuevo aquellos astros a los cuales admiraba y envidiaba a la vez, mientras que el hielo se hacía agua esperando tu llegada.

Dispongo mi mirada a la nada mientras que un suspiro brota de mi alma, y sin quererlo pienso en ti de nuevo, como siempre.

Mientras que mis ojos están dirigidos a la nada, escucho el rechinar de la puerta de las escaleras de "Salida de Emergencias" y el sonido distrae mi atención.

Viro mi cabeza a mitad mientras que mis antebrazos continúan reposando en el barandal y en la mitad de un segundo le agradezco a la luna y a la estrella haberte traído hasta aquí.

Eras tu, tu ese transeunte que no lograba identificar a distancia. Esa misma persona que caminada de un lado a otro tratando de encontrar aquello que necesitabas, aquello que a mi me sobra para darte. Amor.

Frente a ti tomo tus manos y miro fijamente tus ojos, mientras que el cielo se ha despejado por completo y La Luna y La Estrella son un espejo nuestro en el cielo.

Acerco mis manos a tus mejillas y con un suave beso te doy la bienvenida y las gracias por haber llegado.

De manos tomadas caminamos hasta la mesa con un par de velas que he traído a mitad de la azotea, y sirvo en las copas el Champagne que dará rienda suela a nuestros deseos y a los artilugios de la noche encantada que aunque sé que solo tendrá sentido dentro de esta azotea, en el fondo de nuestros corazones, la noche no terminará jamás.

Te miro y sonrío sentados en esta Mesa para Dos.




--Brindemos Por Esa Estrella y La Luna que

te han traído esta noche sobre la Gran Ciudad,

Y que aunque salga el Sol, Esta Mesa será por siempre Infinita--




sábado, 17 de julio de 2010

Como Vino Tinto

Tomo la copa que reposa sobre el buró y vierto en ella ese suave agridulce tinto, esa sutil sustancia etílica que desordena mis sentidos. Dentro de aquella cápsula de cristal, pareciera que las olas me llevan en su vaivén, golpeándome entre las paredes de una cruda realidad que alimenta y desnutre a la vez.

Aproximo el vértice de aquella copa a mis labios y con solo respirar su olor, un torbellino tinto se apodera de mi cabeza y caigo al suelo desorientada, sin recordar lo que fui una vez.

Despierto de mi delirium tremens y es cuando aquella fragancia de olor indefinido me desenreda de aquel laberinto con sabor a elixir en el cual me perdí una vez. Sé que es el olor de tu esencia.

Sigo bebiendo del mismo cáliz de lava ardiente. Esa misma lava que quema e incinera todos los sentidos claros y razonables los cuales en un momento de sobriedad pueda tener. Deseo mantenerme alcoholizada para seguir respirando tu olor.

Entre el oleaje que me arrastra por el suelo de ésta habitación hundida en un remolino sin fin, encuentro tu mano guía que sostiene mi vaso de vidrio y me lo aleja para que así no pueda probar un sorbo más de vino. Mientras más alejas la copa, tu figura se va difuminando entre las sombras de la austeridad y simpleza que se envuelven en la sobriedad.

Desesperada intento levantarme del suelo firme que se convierte en arena movediza y con mis movimientos torpes e inútiles, reflexiono sobre el adoquín en el cual me he convertido por la búsqueda desenfrenada del color de tu voz, y el sonido de tus labios.

Me arrastro como reptil o serpiente dando patadas y golpes a todo aquello que se atraviese en mi camino hasta llegar al buró donde coloqué una vez la botella de vino tinto. Aspiro sostenerla pero en vano son mis intentos. La botella se desliza poco a poco entre mis manos y aunque trate de detenerla, la ebriedad en la que me mantiene tu fragancia conlleva a que mi estéril fuerza deje caer al suelo el envase de vidrio, derramándose todo su licor.

Con trozos de cristal punzo cortantes regados por todo el piso, y el néctar agridulce esparcido por todo el lugar, su aroma cada vez marea más mi noción y razón, transformándolas en impericia e incompetencia.

Intento moverme pero el torbellino en mi mente crea oleajes en lagunas ficticias dentro de mi lógica que me impiden avanzar o retroceder. Mis manos ahora desprenden y brotan un vino rojo calcinante que se mezcla con el tinto. El vino rojo comienza a dolerme, comienza a arderme.

Observo mis manos rotas y rasgadas por los pedazos de vidrio en el suelo, y tu figura se acerca a mí sanando las heridas, limpiándolas con una toalla. Mientras acariciabas mis manos para curar mis lesiones, el ciclón, la revuelta dentro de mis emociones fue cesando lentamente. Preocupada levanté la mirada para percatarme si tu también te desvanecerías conjunto al torbellino, pero sin embargo, cada vez se hacían menos difusos y más claros tus rasgos, y tu mirada de amor se clavaba dentro de mis pupilas desorbitadas e incrédulas de lo que sucedía a mi alrededor. Estaba feliz por saber que no tendría ya que buscarte dentro de una botella de sustancia etílica, y que por fin regresarías a mi lado.

Cerré los ojos y dejé que tus caricias fuesen vendando mis manos con tu amor medicinal, y en un par de minutos me dormí en tus piernas.

Desperté de nuevo y el estado de alcoholismo se había marchado, y las vendas en mis manos estaban salpicadas por ese mismo vino rojo calcinante que nació de mi ser. En el suelo ya no habían trozos de cristal punzo cortante, y el vino tinto lo habían limpiado.

Me puse de pie y con movimientos firmes y estables pisé el suelo empedrado y te busqué. Indagué cada rincón de mi habitación, y cada diminuto lugar de estas 4 paredes en donde navegué hace horas. Sólo encontré una botella de vino tino en aquel viejo buró en medio la esquina de mi habitación y con una nota en un papel rasgado, arrugado y manchado, escribiste con tinta Roja:




"Como Vino Tinto derramado,
Me he ido Tinto de tu lado".

viernes, 2 de julio de 2010

Persecución

(dejar correr el video al final del Post antes de comenzar a Leer)


...Y comienza la Persecución.

Como presa débil e indefensa te escabulles entre las sombras. Miras hacia atrás para saber si aún he de seguirte, y sigues corriendo. Estas conciente de que no tendrás escapatoria.

La Adrenalina en mi cuerpo produce que mis movimientos sean rápidos, audaces, ágiles e incansables. No podrás escaparte.

La silueta de tu respiración acelerada y el sonido de cada mirada dudosa y suspicaz que producen tus ojos sin un rumbo fijo, logran que a cada paso presuroso que doy, pueda estar mucho más convencida de que he de atraparte.

Te detienes y me detengo. Volteas y tu mirada se clava en mis ojos como agujas muy finas, pero no logras retarme. Mi mirada fija y perenne atraviesa tus pupilas inseguras y vacilantes. Esquivas la mirada y me aproximo un paso más a ti. Das un paso más hacia atrás. Con un suave y ligero movimiento me acerco otros centímetros a tu cuerpo inmóvil, y como cual víctima que desea ser atrapada, prendes tu veloz caminata hacia la nada, hacia el todo. Te has de dirigir a aquel lugar donde sabes que llegarás. Ese mismo lugar que está en todas las direcciones que corras, todos los sentidos que camines. Solo estamos tú y yo en medio de una selva amazónica de deseos y vehemencia.

... Y continúa la Persecución.

Un Conejillo. Una Liebre, Quizás. Tu mirada tierna y apacible no logra cautivar de misericordia a mis pupilas encendidas de locura, ansias y poder. Un lince, una Pantera, tal vez. Corremos como gato y ratón dentro de éste laberinto que creemos sin salida, sin percatarnos que solo hemos andado en círculos agigantados. Tu, imaginando que encontrarás una puerta que te conduzca a otro lugar; mientras yo, sonrío con picardía y te vuelvo a mirar. No te podrás marchar.

Encuentras un pasadizo que crees "secreto". Has olvidado que yo fui quién construyó éste enredo del que confías que saldrás.

Te cuelas entre las dudas, la incertidumbre y el titubeo. Respiras desasosiego, exhalas indecisión. Como animalillo indefenso huyes, corres y piensas que te escapas de un animal salvaje que sabe muy bien a quién ha escogido como presa. No ha sido casualidad cazarte a ti.

Me he detenido a observarte. El color de tu voz parece agotada, y la lluvia volcánica deslizándose por todo tu cuerpo me indica que ha llegado el momento de iniciar nuevamente mi hostigamiento.

Cada paso rápido y osado que planto sobre el suelo es solo una afirmación más que te grita en baja voz que no hay manera de fugarte.

Con pisadas súbitas y rápidas te tengo en frente a mí, mientras tú has chocado contra una gran puerta de madera clausurada bajo llave que indica la salida de éste laberinto. Esa misma llave que cuelga en mi collar.

... Y Se detiene la persecución.

De nuevo tus ojos se entrecruzan con los míos y esta vez noto algo diferente. Tu mirada de animal dócil se ha marchado. Siendo solo un conejillo, tus pupilas han cambiado. No contienen una mirada de misericordia, mucho menos de sumisión. Aquella mirada de acatamiento y obediencia ha desaparecido, y en tus pupilas solo hay un reflejo de lo que fue mi mirada minutos atrás: Encendida de locura, ansias y poder.

La silueta de mi respiración acelerada y el sonido de cada mirada dudosa y suspicaz que producen mis ojos sin un rumbo fijo, logran que a cada paso presuroso que das, puedas tener plena seguridad de que has de atraparme. Mientras que sigues siendo tu un Conejillo, Una Liebre, Quizás. Siendo yo un Lince, Una Pantera, Tal vez.

La Adrenalina en tu cuerpo produce que tus movimientos sean rápidos, audaces, ágiles e incansables. El reto de tu mirada produce que mis movimientos ahora sean lentos, dudosos, temblorosos y fatigantes. No podré escaparme.

Como presa débil e indefensa me escabullo entre las sombras. Miro hacia atrás para saber si aún has de seguirme, y sigo corriendo. Estoy conciente de que no tendré escapatoria.



... Y Comienza La Persecución.


sábado, 26 de junio de 2010

Sueño de Galaxia

En la soledad de mi habitación, pienso en ti y sonrío.

Aquella misma expresión de alegría marcada en tu rostro a tres mil años luz de mi.

Hoy las vociferaciones del destino me gritan al oído un silencio interminable provocado por tus labios entre abiertos, sonriendo.

Recuesto mi cabeza en la almohada y miles de planetas se construyen en 10 segundos en mi mente. Con otros nombres, otros colores, otras figuras. Cuadradas, Triangulares, En forma de corazones tal vez.

Debes de pertenecer a alguno de ellos. No eres solo un ser Terrenal como Yo.

Dibujo con mi imaginación distintas ciudades, países, personas. Seres diferentes a mi. Sin parecerse todavía a ti. No hay nada imaginable e inimaginable que pueda acercase al color de tu esencia.

Un caballo blanco formado por las estrellas del espacio galopa despacio hacia tu nombre escrito entre los planetas. Rompe a su paso todas las barreras existentes, dejando una estela clara y cristalina de mágicos granos de "la nada" quizás.

Este mismo caballo llega a mi corazón galopando como fiera salvaje desde Andrómeda hasta la Vía Lactea, y arremete contra él, dejándolo extendido en el suelo extasiado de Amor.

Con las pocas fuerzas que le quedan alza su mano derecha y y con sus dedos dibuja una cruz, la cual lleva hasta sus labios y jura en ella Amarte sin buscarte en lo infinito del Espacio. No existirán planetas suficientes para encontrarte de nuevo.

Abro los ojos y el universo ha desaparecido. Busco con la mirada desesperada tus estrellas, tus planetas. Sin hallar algo semejante, levanto mi mano derecha y con mis dedos dibujo una cruz, que llevo hasta mis labios y juro en ella besarte siempre en sueños. No existirán sueños suficientes para besarte de nuevo.

Cierro los ojos, y aquí comienza otra vez.

La galaxia ha vuelto a formarse. La serenidad y tranquilidad se apoderan de mi cuerpo nuevamente y en los poros de mi piel siento esa dulce sensación de que he llegado a mi verdadero Hogar.

Puedo ir saltando entre las estrellas que bordean tu voz. Delicadas notas musicales que anuncian tu melodía dentro de mi ser.

Puedo ir besando cada uno de los satélites en tus mejillas. Esos Astros traviesos que se ruborizan con cada carícia.

En un solo paso abrazo las lunas de tus cejas, y pinto delfines nadando en el mar de tu silencio.

Cuento los Agujeros negros que salpican toda tu piel, mientras que tu cuerpo sosegado, fielmente en reposo, solo tiene movimientos suaves al compás de mis pasos andantes por los planetas de esta galaxia que construí para ti.

Con un profundo suspiro, desordenas los planetas y colocas a Venus en tu pecho. Saturno ha quedado entre tus manos, y a La Tierra en tus Labios. Jamás había amado tanto a Mi Planeta como lo hago ahora.

Balanceándome entre Plutón y Júpiter, en una acrobacia mortal doy vueltas sobre Marte, Urano y Neptuno, hasta que llego a Ti. "Pongo los labios en la Tierra" y siento ese escalofrío y cosquilleo dentro de mi cuerpo. No existirán galaxias suficientes para acercarme a ti de nuevo.

Levanto la mirada y pierdo el equilibrio.

Tu cuerpo parece moverse y los planetas alinearse y ordenarse perfectamente. Las estrellas han borrado tu nombre, y aquel caballo blanco se lo ha tragado un ajugero oscuro y profundo que te llevó a otra dimensión.

Un asteroide rojizo formado por los espacios vacíos en ti, por los silencios jamás hablados en mi, se aproxima rápidamente hacia mi cuerpo incrédulo y dudoso entre los planetas. Rompe a su paso todas las barreras existentes, dejando una estela confusa y borrosa de mágicos granos de "todo" quizás.

Este mismo asteroide llega a mí presuroso como desastre espacial desde Andrómeda hasta la Vía Lactea, y arremete contra mí, dejándome extendida en el suelo perturbada de Incertidumbre y Melancolía.

Con las pocas fuerzas que me quedan, alzo mi mano derecha y con mis dedos dibujo la misma cruz, la cual llevo hasta mis labios y juro olvidarte para siempre.




Espero que existan asteroides susficientes para Olvidarte,
si es que puedo.

domingo, 6 de junio de 2010

Inédito

(Para ti, aunque no lo leas)
Sigilosamente te escabulles entre las orificios diminutos en el sonido del silencio; esos que nadie produce, pero que todos lo escuchan. Aunque no lo quiera ya has aparecido como gota que se suicida dentro de un cántaro desbordado, enseñándole a la vida a fluir y jamás estancarse. No hay nada que pueda detenerte.

Eres así. Simple. Tan igual antes todos, tan diferente ante mi. Jamás pensaría que una gota de agua es igual a otra. Eres un manantial entero dentro de 3 mililitros.

Los segundos que van pasando me han enseñado de filosofía, de matemática, de química, de física, biología, historia, literatura, metafísica... De ciencias. Me enseñaron todo aquello calculable e incontable. Lo exacto e inverosímil. Lo productivo e inactivo. Lo desarrollado y lo monótono.

Escribo estas lineas sentada en la sala de mi soledad, con un lapicero y un papel que me gritan tu nombre. Dibujo historias, sumo días, y entre tantos corazones que he plasmado en él encuentro tu perfil diciéndome "TE EXTRAÑO".

Una taza de chocolate caliente me devuelve a la realidad. Sin duda alguna, todo regresa a la normalidad. Jamás había sentido ésta llama volcánica dentro de mi pecho ardiente, quiero alzar vuelo y dormirme en tu luna creciente.

Tal vez se han acabado aquellos versos que un día lancé como avioncito de papel para que llegaran a tus oídos. Éstos besos cálidos que te envío, no se comparan con tus saludos fríos.

La misma taza de chocolate caliente me susurra en cada sorbo que tomo, que si bebo uno más de seguro me desplomo.

Yo puedo volar, pero es contigo y en tus alas de donde quiero despegar.

Eres un Ángel Terrenal, también eres mi pecado carnal. Me llevas del infierno al paraíso, sin decir una palabra, sin pedir permiso. Eres un ataque al corazón fulminante, mas aún así, eres una estrella, la mas brillante. Me llevas del cielo al suelo sin coartadas, sin Por Qués; mas aún así, me sostienes en tus brazos, me arrullas como un bebé.

Éstas alas que mi espalda esconde llevan ya tatuadas en sus plumas tu nombre. Mas aún así, es en tus alas donde quiero volar y jamás volver a aterrizar.

Dentro de las palabras que tu corazón me grita, está la Diosa del Amor, Mi Diosa Afrodita. En ella cobijo mis deseos por ti, con el mas tenue olor a frenesí.

Con la mirada perdida observo el firmamento, escribo en un papel rasgado los minutos donde no te tengo. Suspiro y la brisa me trae tu aroma, mas no estás aquí. "Punto y coma".

La tinta de mi lapicero empieza a agotarse, las letras se difuminan, empiezan a cansarse. He pasado la noche escribiendo versos para ti, detallando cada espacio de un universo dentro de mi.
Yo puedo volar, pero es contigo y en tus alas de donde quiero despegar.

La taza de chocolate caliente me la he bebido, pensando en lo que debo y lo indebido. Tal vez solo deba de mirarte, jamás llegar a rozarte. Posiblemente lo que diga ahora sea incongruente, como aquellas lagunas dentro de mi mente. Instantes donde la fantasía es real, aunque solo sea accidental. Instantes donde la Realidad, es solo fantasía y utopía, aquello que jamás será verdad.



"La misma taza de chocolate caliente me susurra en cada sorbo que tomo, que si bebo uno más de seguro me desplomo."
¡Camarero! ¿Me da otra taza de Chocolate, por favor?

El Amor es Idiota

El Amor es Idiota.

Si, ciertamente el amor es un sentimiento idiota e irreverente que se niega a escuchar las palabras de aquellos pensamientos fríos, secos y crédulos de la realidad triste y conformista en la que la mente vive. El Amor, por ser idiota, solo tiene hogar en los corazones de aquellos incrédulos, dudosos y bohemios de la vida que les rodea. El Amor es Idiota.


Ciertamente Cortázar dijo una vez "Puede que la palabra Idiota sea demasiado rotunda, pero prefiero ponerla de entrada y calientita sobre el plato aunque los amigos la crean exagerada, en vez de emplear cualquier otra como Tonto, Lelo o Retardado y que después los mismo amigos opinen que uno se ha quedado corto" Con lo cual estoy completamente de acuerdo esta vez. El Amor, es idiota.

Y es que el Amor es Idiota cuando se ha dejado llevar por aquello que nos fascina, nos maravilla, nos envuelve, nos roba la atención y se adueña de cada partícula diminuta de nuestro corazón que palpita idiotamente mientras que la mente, la lógica y la razón, lo miran de reojo murmurando que se ha convertido en un loco idiota. El amor es idiota.

El Amor es Idiota porque ha creado un mundo de verdades ficticias, de realidades utópicas y solamente deja colar entre las sabanas que encubren su cama cubierta de pétalos de rosas, bombones, cartas y chocolates, aquel mensaje idiota de sonreír tontamente cada vez que el corazón palpita mas acelerado al encontrarse en la misma sala jugando "Piedra, Papel o Tijeras" con Cupido.

El Amor, es un sentimiento maniaco. Nos hace perder la cabeza y comportárnos con locura y pasión febril. Nos ha hecho también construir galaxias, mundos, espacios remotos a lo permitido a la alquimia, aquella donde las acciones humanas viven. El Amor se ha convertido en el sentimiento de delirio y vehemencia, sin compasión Alguna. El Amor es Idiota.

El Amor nos ha transformado. El Amor es despreocupado. No se mide, no se cansa, no se agota, no se olvida, no se extingue, no se debilita. No se viste bonito, no se arregla para salir, no se peina. Solo vive, existe y se siente tal cual llegó. Es un Completo Idiota.

El Amor es idiota cuando ha dado de sí mismo más de lo que puede dar. Además, es desordenado. No conoce de márgenes, fronteras, direcciones, separaciones o líneas divisorias.

Aparte de ser Idiota, despreocupado y desordenado, también es Egoísta. Solo le importa él mismo, el Amor. No le importan religiones, países, colores, sexualidades, edades.

Si, definitivamente es un completo Idiota.

¿Qué mas es el Amor? Es una demencia benigna.

Podría decirse también que el Amor es desvergonzado, insolente, cínico y procaz. Pero esto no tendría relevancia ante la palabra Idiota, puesto que la Idiotez en la que vivimos hoy en día solo se basa en vivir plenamente feliz, sin coartadas, sin excusas, sin inhibiciones. El Amor siendo lo idiota que es, ha desvirtuado esta triste existencia y objetividad con la que se vive en el presente, dejándonos solamente aquella expresión de Alegría, aquel brillo en los ojos, y aquel abrazo o beso que se aproxima como avalancha arrastrando todo lo que hay en su paso. El Amor idiota ha logrado separarnos de la sistemática empírica de la que nuestra vida está traspapelada.

El Amor se goza, se vive, se disfruta y se libera desde su propio Amor. Y él, solamente él, logra entender los misteriosos enigmas que esconde la insensatez de un Amor Enamorado.

Por mi parte, prefiero seguir siendo Idiota, antes de dejarme convencer por aquellos Genios de la Sabiduría Cuántica y Metódica de que todo está planeado y todo tiene una manera exacta de ser.

Prefiero seguir errante, libres como cual vagabundo camina por las calles entre su Dellirium Tremens sonriéndole a la vida sin saber por qué sonríe.



Prefiero Seguir Egoísta, Desordenada y Despreocupada;
Prefiero seguir siendo Idiota.



Thalia y Pedro Capó - Estoy Enamorada